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Ciudad Longeva ¿Qué pasaría si diseñáramos pensando en envejecer bien?

Porque no se trata solo de vivir más… sino de vivir mejor. En comunidad. Con dignidad. Y en espacios que no nos excluyan cuando dejamos de correr.


La ciudad que envejece… ¿o la que excluye?


En México, más de 17 millones de personas tienen hoy 60 años o más. Y para 2050, este grupo representará más del 22% de la población total, según el CONAPO. Esta transformación demográfica no es uniforme: las ciudades del norte del país, como Monterrey, Saltillo o Chihuahua, presentan una tasa de envejecimiento más acelerada debido a la migración juvenil, el aumento en la esperanza de vida y la concentración urbana de adultos mayores que viven solos o con redes familiares reducidas.


Pero aquí aparece una contradicción que nos obliga a actuar: nuestras ciudades no están preparadas para este cambio. Banquetas rotas, viviendas de dos pisos sin elevador, transporte sin prioridad para usuarios lentos, parques sin sombra y sin bancas. La arquitectura y el urbanismo, en su mayoría, siguen diseñando para un cuerpo joven, productivo y veloz… como si la vejez fuera una anomalía, no una etapa inevitable.


Kampung Admirality Vista aerea.
Kampung Admirality Vista aerea.

Envejecer no es aislarse. Es habitar diferente.


Contrario a los estereotipos, muchas personas mayores desean seguir participando, viviendo en comunidad, caminando, aprendiendo, trabajando. El problema no es la edad. El problema es el diseño. En STOIC creemos que la vejez no debe gestionarse como un “tema social”, sino como una oportunidad arquitectónica y territorial.


Una ciudad longeva no se construye con ocurrencias, sino con principios claros:

  • Accesibilidad universal que no se limite a rampas, sino a rutas completas, señalización entendible, espacios pensados desde múltiples capacidades físicas y cognitivas.

  • Escala humana, que permita recorrer sin prisa, descansar sin miedo y vivir sin depender.

  • Espacios públicos con mobiliario cómodo, vegetación generosa y programas intergeneracionales que rompan con el aislamiento.


En México, más del 80% del cuidado cotidiano de personas mayores recae en mujeres de la familia (CONEVAL, 2022). Diseñar mejor también es redistribuir esa carga invisible.



Viviendas que envejecen con nosotros


La mayoría de las viviendas en México fueron construidas bajo un modelo rígido: pensar en la familia joven, no en el ciclo de vida completo. Pero el envejecimiento requiere una arquitectura más flexible: habitaciones en planta baja, baños con radios de giro accesibles, iluminación sin deslumbramiento, cocinas ergonómicas, puertas sin umbral.


Existen modelos innovadores en todo el mundo. En Finlandia, por ejemplo, el proyecto Loppukiri (“último impulso”, en finés) es un cohousing gestionado por personas mayores que viven en unidades privadas, pero comparten un comedor, biblioteca y espacios comunes que ellos mismos coordinan. El diseño de estas viviendas no parte del miedo a la dependencia, sino del deseo de autonomía y comunidad.



Loppukiri
Loppukiri

En México, tenemos todo para replicar este modelo en barrios consolidados, mediante esquemas de vivienda colaborativa, subsidios cruzados y normativas que permitan usos mixtos en escalas barriales.


La economía plateada: una oportunidad urbana


A nivel mundial, el mercado de productos y servicios dirigidos a personas mayores ya supera los 7 billones de dólares, según la OCDE. Esta “economía plateada” incluye salud, vivienda, tecnología, alimentación, turismo y cultura, pero también modelos residenciales, movilidad y diseño.


Singapur es un referente con el desarrollo Kampung Admiralty, un complejo vertical que combina departamentos para adultos mayores, clínica, plaza pública, mercado, restaurante y jardín. El resultado: una comunidad densa, activa, conectada y segura. No es un asilo disfrazado. Es ciudad.


Kampung Admirality
Kampung Admirality

¿Por qué no pensar en desarrollos similares para el norte de México? En ciudades como Monterrey o Saltillo, donde ya existen clústeres médicos y universitarios, se podrían articular nuevos polos de vivienda con servicios integrados para personas mayores, operados en esquemas de coinversión público-privada, con impacto social y retorno económico medible.


¿Y en México? ¿Por dónde empezar?


La buena noticia es que no partimos de cero. Existen normas, como la NOM-001 en accesibilidad, y programas municipales que promueven espacios públicos incluyentes. Sin embargo, la brecha entre lo que dice la ley y lo que se construye es profunda.


Lo que falta es voluntad política, inversión estratégica y, sobre todo, visión. Un ejemplo destacado es el Parque Metropolitano BOREAL, diseñado por el despacho de Mario Schjetnan en la ciudad de Chihuahua. Concebido como un gran pulmón urbano, este parque integra lagunas artificiales, andadores amplios, zonas de contemplación y ejercicio, y sobre todo, un diseño paisajístico accesible que permite a personas de todas las edades —especialmente mayores— recorrerlo con seguridad, comodidad y disfrute.


Además, BOREAL es un caso paradigmático en el norte del país: un parque pensado desde la ecología, el paisaje y el bienestar comunitario, con infraestructura discreta pero eficaz para el cuidado, el descanso y la interacción social.


Parque Boreal, Chihuahua.
Parque Boreal, Chihuahua.

Diseñar con propósito: una guía para empezar hoy


En STOIC Atelier hemos desarrollado una serie de herramientas prácticas para que arquitectos, urbanistas y desarrolladores puedan aplicar el enfoque de ciudad longeva desde el diseño. Estas incluyen:

  • Checklists de accesibilidad básica para vivienda.

  • Guía de diseño de parques intergeneracionales.

  • Fichas de diagnóstico barrial sensibles al envejecimiento.

  • Recomendaciones normativas y de financiamiento disponibles en México.


No se trata de redibujar todo desde cero. Se trata de mirar diferente, diagnosticar mejor y construir con otras prioridades. Porque la ciudad también envejece… y lo hará con nosotros.


Una ciudad que envejece bien… es una ciudad que vive mejor


La arquitectura no es solo forma. Es ética. Y envejecer bien debe ser un derecho urbano, no un privilegio de clase. Cada paso que damos hoy —una vivienda más adaptada, un parque más habitable, una banqueta más digna— construye la ciudad donde tú, yo, tus padres y tus hijos… algún día querremos seguir habitando.

“Diseñar para la longevidad no es prever el futuro. Es dignificar el presente.”— STOIC Atelier

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